martes, 5 de febrero de 2013

Aprendizajes del Abuelo Árbol

Han pasado más de dos años desde que comencé mi formación como Profesora en Biodanza, cada fin de mes inicio el viaje desde mi ciudad, o la ciudad donde este, para llegar a mi Escuela de Biodanza en Barquisimeto, con el entusiasmo de tener agradeciendo la oportunidad de aprender a conectarme conmigo, con el otro, con el todo.
Son muchos los motivos y las ganas que me impulsan a venir a Barquisimeto, más hoy quiero comentarles una que para mí es muy especial, y es encontrarme con el abuelo Árbol, quien está allí, en el hermoso jardín,  acompañándome y mostrándome la capacidad de soltar, estar, y aprender desde su ejemplo, entereza y fortaleza.
Durante todo este tiempo he podido disfrutar como cada estación llega, a lo que este maravilloso árbol no se queja, es decir, si hay calor, hay calor, si llueve, también está bien, si hace frio, simplemente hace frio.
Para mí ha sido una maravillosa experiencia observar en el invierno como cada una de sus hojas comienza a secarse y caer en el suelo, lo que indica para mí que un ciclo se está cerrando y que nuevas cosas están por venir.
Aunque el Abuelo Árbol queda sin hojas, continua cobijando a cada pajarito que en él se posa,  y verlo totalmente desnudo me dice de su vulnerabilidad. Y en el pulsar de la vida, transcurre el tiempo y llega una nueva estación, cada brote de hoja comienza a aparecer, magnificando su belleza.
Al verlo, su majestuosidad no esta solo en la primavera cuando es frondoso, sino en esa capacidad de pulsar con la vida, sin queja, sin lamentos, ni falsos esquemas.
Y que mejor manera que aprender de la vida lo que la vida en sí es… y desde allí estos han sido mis aprendizajes del Abuelo Árbol:

·   La vida no es lineal, tiene ciclos, aprovéchalos y haz lo mejor que puedas en cada ciclo.
·    El entorno esta, tiene un ritmo y un propósito, no luches contra él, aprópiate de las oportunidades que te brinda.
·   Cada estación está prevista para algo, no las califiques, utiliza cada momento para lo que el momento es.
·  La queja no te ayuda, te debilita y quita fuerzas. Ponte en acción desde lo que te es posible accionar.
·  Solo el ego dice que momento es mejor que otro, mientras pases el tiempo calificando lo que es mejor o que es peor, la vida sigue pulsando, no se detiene, y el tiempo pasa sin poderlo retomar.
Que maravilla poder estar rodeados de la naturaleza, allí están las repuestas… ¡feliz de vuelta a lo natural!

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