sábado, 13 de octubre de 2012

¿A dónde llegaremos?... ¡Me voy al encuentro de lo natural!

Esta semana tuve la oportunidad de disfrutar con mi amada hija Eliana la película “El Lorax”. Al verla recordé lo que yo sentía cuando pasaba horas frente a la tele viendo la comiquita de los “Súper Sónicos”, era para mí increíble soñar con un mundo lleno de tecnología. Para aquel momento pensar en un mundo como ese era solo un cuento de comiquitas, algo teóricamente inalcanzable... conectándome con lo que sucede en la película “El Lorax” ¿será que algún día podemos estar en un mundo totalmente artificial sin árboles? ¿A dónde llegaremos?
 
Ya en esta época sabemos todo lo que hemos alcanzado a nivel tecnológico, por ejemplo, teléfonos a los cuales les hablas y hacen una llamada por ti o escriben un mensaje que le dictes, y si a la computadora del teléfono le pides matrimonio, te responde que casarse no está en su contrato... ¡que maravilla! ¡y en algún momento pensé que solo podía pasar en los Súper Sónicos!
 
Recordando al “Lorax”, me ha pasado por la mente el terrible pensamiento de que podamos llegar a un mundo sin árboles, de allí que hoy mi reflexión la quiero orientar mas allá de si es bueno o no todo el avance que hemos obtenido a nivel tecnológico, para mí eso es algo fáctico, ya ocurrió, sin embargo hay consecuencias de las cuales necesitamos hacernos cargos y conductas que modificar para poder permanecer en este planeta con la Madre Tierra.
 
Las ideas, estrategias y acciones de cómo cuidar nuestro planeta (aunque prefiero referirme a la Madre Tierra), lo tenemos descrito en miles de artículos, páginas web, la información sobra. Esto quiere decir que no es un tema que no haya sido abordado o que no se conozca el cómo mejorar nuestra situación global. A partir de esto surge mi preocupación, y es que de nada sirve que haya una lista de acciones para hacer y cuidar a Madre Tierra, si en cada uno de nosotros no surge la conciencia del impacto que generamos.
 
No podemos hablar de crecimiento personal sino tenemos conciencia del todo, nos constituimos en las relaciones con los otros, y la Madre Tierra está incluida en ese otro. Es entender, internalizar, es en sí reconocer la vida.
 
Madre Tierra nos da todo, en sus elementos nos ayuda y pasa la vida. El agua nos ayuda a fluir, amar y estrechar las relaciones. El fuego nos orienta a la acción, quema todo aquello que no necesitamos. El aire nos da ese aliente de vida, nos conecta con la creatividad, el soltar. La tierra nos da la estructura, nos alimenta, da nuestro espacio vital. El éter nos conlleva al silencio, damos la oportunidad a que aparezca el otro.
 
En la película “El Lorax” aprendemos que cada árbol siente, su vida es tan significativa como la nuestra, estamos juntos en este planeta y nos relacionamos. Cuando comprendamos, nos concienticemos y seamos responsables de Madre Tierra, estaremos avanzando más allá de las narrativas ecológicas, el problema dejará de ser de una organización no gubernamental o una imposición legal hacia las empresas, habremos alcanzado una nueva forma de vivir, donde existo porque hay una Madre Tierra que me sostiene.
 
Decido conectarme ahora con el sueño de ver llegar nuestra conciencia, donde aprendimos una nueva forma de vivir… ¡me voy al encuentro de lo natural!, y tú, ¿con qué te quedas?

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